miércoles, 10 de febrero de 2010



Nos refugiamos tras una careta, esa que dice al mundo de nosotros lo que no somos y lo contrario de lo que sentimos. Pura fachada, para que nadie sepa realmente lo débiles, sensibles y vulnerables que somos. Es tan justo como cruel, pero realmente a quien le importa lo que sentimos en cada momento. A nadie; porque realmente los que nos conocen y quieren, saben como nos sentimos en cada momento de nuestra vida. Ellos son los que forman parte de nuestras alegrías y tristezas. A quien más puede importar, que seamos tan sensible como el pétalo de una rosa ó tan alegres como un día de sol. A un mundo sin sentimientos puros, no puedes ofrecerle un corazón tierno y sensible, porque te lo destrozaría. Como se destrozan dos amantes a causa de los celos. Es todo tan injusto, como la vida misma, que nos da felicidad y cuando la estamos saboreando nadie sabe porque pero desaparece y llegan sus compañeras las que destrozan nuestros corazones. La tristeza acompañada de la soledad. #

No hay comentarios:

Publicar un comentario